TEXTO DE DAVID BLÁZQUEZ LEÓN

Director y Editor de la revista  The Gassho Magazine

Lo que se calla, tarde o temprano, explota. Es un conflicto grave el que se produce entre lo que una persona guarda en su interior y lo que no se atreve a decir. Si hay un denominador común en la gente que viene a Terapia de Reiki es la dificultad de expresar de forma pública lo que llevan dentro. En mi consulta terapéutica facilito el espacio de confianza donde poder abrirse, para que luego puedan empezar a hacerlo también en casa, en el trabajo, con seres queridos o con cualquiera. A pesar de que la gente ha mejorado en la gestión de sus emociones, todavía les resulta complicado difundir abiertamente sus ideas, creencias, gustos, deseos, secretos, carencias, heridas o peor aún, aquello que no quieren en su vida, pero que acatan. Algunos no saben decir que no, no ponen límites, ni existen banderas rojas. Anhelan ser amados. Todo lo permiten. La queja va por dentro y ésa con el tiempo pasa factura. Complacer a sus seres queridos, a sus superiores o a cualquiera que pase por su vida es lo habitual, van en piloto automático, ya sea por miedo a que se enfaden con ellos o por creer que serán tratados de mejor forma. No quieren ser juzgados, por eso es mejor no entrar en discusiones ni exponerse, para evitar problemas. Callan. Hay miedo al rechazo y a las represalias. Se resignan y se postergan, acostumbrados a que les manden. La censura sigue predominando más que nunca en la sociedad. Antes por el famoso qué dirán, donde había que guardar la compostura y las apariencias. Actualmente por los censores del siglo XXI que son los usuarios de redes sociales, donde la crítica, el acoso y la burla se siguen produciendo, en ocasiones amparados por el anonimato, que en la calle sería el tiro la piedra y escondo la mano. 

También en organismos públicos se produce hoy día la censura. Sin ir más lejos, The Gassho Magazine se ha convertido en la revista terapéutica que no quieren que leas, tras haber sido vetada por las bibliotecas públicas del Ayuntamiento de Madrid por el simple hecho de tratarse de Reiki. Si has visto la película «Encanto» de Disney seguro que recuerdas la canción «No se habla de Bruno». Parece que lo mismo quieren hacer con Reiki, aunque lo único que consiguen es el efecto rebote, puesto que más interés suscita y más crece el número de personas que lo aprenden o lo reciben. Algo muy bueno debe de tener, que no quieren que sepas. Por suerte, otras bibliotecas de la Comunidad de Madrid como la Biblioteca Regional Joaquín Leguina o la Biblioteca Almudena Grandes de Móstoles no han tenido problema en acoger la revista y difundirla atendiendo a su función pública, que no es otra que poner a disposición de sus usuarios todo tipo de conocimientos e información multidisciplinar, basadas en derechos fundamentales de servicio al ciudadano, según recogen todas las democracias del mundo.

Además de Terapeuta y Maestro de Reiki, soy Periodista y Editor. Me crie en los años 80, posiblemente en la época donde la libertad de expresión alcanzó cotas tan altas en España, sobre todo a nivel social. El humor, el sexo, la ropa, el arte, la televisión, la música o las publicaciones así lo reflejaban. Las personas eran libres por fin. No había miedo al ridículo. Había tolerancia y respeto, no sin dificultades. Se venía de una educación muy autoritaria, donde imperaba todavía el mensaje a los niños: «Se hace lo que yo diga, tú te callas». El machismo predominaba en la sociedad y en las familias, con un discurso de dominación a base de gritos y mano dura. Los secretos, los engaños, los abusos y los tabúes estaban a la orden del día. El ser servicial y portarse bien eran mecanismos inconscientes de supervivencia. Había mucho miedo a hablar. El problema, cuarenta años después, es que muchas de estas cosas siguen presentes en el interior de las personas, haciéndoles daño, condicionándoles su vida y privándoles de ser como realmente quieren. Es la herencia recibida. No te conformes con ella. Ven a Terapia de Reiki y exprésate.