UN NUEVO COMIENZO DESDE ADENTRO

 El Reiki me ofreció un espacio para sentir lo que había evitado durante tanto tiempo

TEXTO DE SOFÍA PÉREZ PINEDO

Sofía Pérez

Terapeuta y Maestra de Reiki


Las mudanzas suelen presentarse como puertas abiertas hacia nuevas oportunidades: comienzos frescos, paisajes distintos, rutas desconocidas. Y sí, hay una emoción brillante que mezcla nervios con entusiasmo. Pero, detrás de esa aventura, también se esconde un proceso silencioso y profundo de pérdida, duelo y adaptación. Así fue en mi caso: un viaje que parecía externo, pero que terminó convirtiéndose en un viaje interior que jamás imaginé recorrer.


Cuando mi familia y yo decidimos mudarnos por primera vez de país, de México a Irlanda, lo hicimos con ilusión. La emoción de descubrir un lugar nuevo, nuevas costumbres, nuevas posibilidades… Pero junto a ese brillo también aparecieron el miedo y la incertidumbre: ¿nos adaptaríamos? ¿las niñas estarían bien?, ¿cómo sería construir nuevamente desde cero?


Estuvimos un año y medio allí. Un tiempo suficiente para enamorarnos de pequeñas cosas y también para sentir el peso de otras. Había belleza, sí, pero también un clima que oscurecía las tardes de invierno a tempranas horas, calles demasiado silenciosas y una sensación de aislamiento que se fue colando sin permiso. El idioma se convirtió en una barrera que me separaba de los demás, y la soledad comenzó a ocupar espacios que antes estaban llenos de familia, amigos y rutina.


Es difícil explicar en qué momento exacto algo dentro de mí empezó a apagarse. Fue lento, casi imperceptible. Las actividades que antes me hacían feliz perdieron su brillo. El café, mi refugio cotidiano, mi ritual favorito, dejó de tener sabor. Mi peso subía sin explicación, como si el cuerpo hablara lo que yo callaba. Extrañaba las salidas con amigas, las pláticas espontáneas, mi trabajo, la familiaridad de tener un lugar en el mundo. Las sonrisas se fueron borrando sin que yo lo notara, y aunque no lloraba, una parte de mí se estaba desmoronando por dentro.


Y entonces llegó un golpe que partió mi vida en dos: la muerte de mi padre. Desde lejos. Sin poder acompañarlo, sin poder despedirlo, sin poder abrazar a mi familia. Fue muy duro. Fue como si el duelo, la nostalgia, la frustración y el cansancio se acumularan todos juntos en un rincón muy profundo dentro de mí. Un rincón que evitaba mirar porque sabía que, si me detenía, el dolor me alcanzaría de lleno.


Pasó el tiempo, echamos raíces, hicimos amigos. Creamos una rutina. Ese lugar comenzó a sentirse como un hogar. Pero de repente, cuando por fin estaba empezando a sostenerme de algo estable, el destino volvió a moverse. Una segunda mudanza.


Ya instalados en España, mi hija mayor comenzó a enfermar. Fueron seis, casi siete meses de estudios médicos, de incertidumbre, de miedo disfrazado de paciencia. Hasta que, finalmente, nos dijeron que físicamente estaba bien… y que quizá lo suyo era emocional. Esa palabra me atravesó: «Emocional». Como si su cuerpo estuviera reflejando lo que el mío llevaba tiempo intentando ocultar. Como si su malestar fuera un espejo del mío.


Fue entonces cuando comencé a buscar terapias, caminos posibles. Y entre todas las opciones apareció el Reiki. Lo que me gustó a simple vista fue primero que se presentaba como terapia complementaria, también como una herramienta para equilibrar, liberar y reconectar con uno mismo desde un lugar más profundo, más honesto. En segundo lugar, algo simple y poderoso: podía aprenderlo y autosanarme yo misma, no solo para ayudar a mi hija, sino para recuperar partes de mí que se habían quedado esparcidas en cada país, en cada despedida.


La primera vez que empecé a practicarlo sentí una pequeña apertura, casi imperceptible, pero real. No fue un cambio repentino. Fue como si mis emociones, ésas que había guardado demasiado tiempo, encontraran un espacio seguro donde por fin podían ser escuchadas. Sesión tras sesión comprendí algo profundo: mi “depresión” no nació de un solo evento, sino de una cadena de despedidas, esfuerzos silenciosos y pérdidas que nunca me había permitido procesar.


El Reiki me ofreció un espacio para sentir lo que había evitado durante tanto tiempo. Para entender que mi dolor no era debilidad, sino un llamado urgente a reconectarme conmigo. 


Ya estando en Terapia de Reiki, mi terapeuta David Blázquez León me hizo ver tantas situaciones, emociones, patrones, roles, cargas que venía repitiendo y ocultando… Poco a poco comprendí que la “raíz de mi depresión” estaba en el desarraigo, el duelo pendiente, la sobrecarga emocional, y la desconexión interna tras tantos cambios.


Mi transformación fue así: Reconocer el agotamiento emocional que venía arrastrando fue el primer paso. Aceptar mi tristeza, mi miedo, mi soledad como parte de un proceso fue el segundo paso. Conectar con mi cuerpo y conmigo misma ha sido un descubrimiento sanador y además me ayudó a soltar culpas y expectativas que me estaban pesando demasiado. Desde allí, el Reiki se convirtió en la herramienta que me acompañó en mi retorno hacia mí misma.


Hoy miro atrás y entiendo que aquella etapa fue, sin saberlo, el inicio de una transformación profunda. Elegí hacerme responsable de mi bienestar emocional y espiritual. Me dio presencia, me dio calma, me dio raíces internas después de tantos cambios externos. 


Y, sobre todo, me permitió acompañar a mi hija y a mi familia desde un lugar más pleno, más consciente, más verdadero.

> TERAPEUTA

Si quieres recibir Reiki y acompañamiento terapéutico con la Terapeuta y Maestra de Reiki, Sofía Pérez Pinedopuedes ponerte en contacto con nosotros y preguntar por ella. Estaremos encantados de poderte informar sobre sus tratamientos y tarifas.


> ☎  +34 682 89 35 15


> DÓNDE ESTAMOS

A nuestro Centro Terapéutico nos llegan personas de toda la Comunidad de Madrid y de distintas provincias de España. 


Se encuentra en la calle Río Ebro 5, en Móstoles (Madrid) , justo a la salida del metro Hospital de Móstoles (línea 12). Cuenta con aparcamiento gratuito a pie de calle.


> 📍 Ver mapa .


> SESIONES A DISTANCIA

Si eres de fuera de la Comunidad de Madrid, podemos también hacer las sesiones de Reiki a distancia, sin tenerte que desplazar. 


Atendemos a personas de toda España, Europa y Latinoamérica. Consúltanos y te informamos.


> 🌍  Más información .


> PIDE CITA

Nos gustaría conocerte y saber cómo estás. Estamos disponibles para resolver las dudas que tengas, conocer nuestras tarifas o pedir una cita. 


Puedes llamarnos por teléfono o contactarnos vía WhatsApp o Telegram:

 

> ☎ +34 682 89 35 15