PADRE Y NIÑO A LA VEZ

Desde el amor del niño interior se puede enseñar muchas más cosas a los hijos

TEXTO DE JHON HINOJOSA

Alfonso San Román

Fisioterapeuta y Practicante de Reiki


Mi nombre es Jhon Hinojosa, Fisioterapeuta de profesión. Regresé a España hace unos años y mi historia con el Reiki comenzó como una opción de crecimiento profesional, pero a poco de iniciar el nivel 1 me di cuenta que tenía muchos conflictos que sanar antes de poder ayudar a los demás; y uno de ellos fue “mi niño interior”. Por varias situaciones, principalmente económicas, parte de mi niñez estuve separado de mis padres. Nunca pensé que eso se vería reflejado en varios aspectos de mi vida como el ámbito laboral, económico, familiar, relaciones… Doy gracias a mis padres por el “sacrificio” que hicieron, gracias a ellos soy la persona que soy y pude salir adelante. Mientras iniciaba mi proceso de sanación, pude entender, comprender y sobre todo quitar ese “rencor” que en algún momento llegué a tener. Ahora la relación que tengo con ellos es buena, pude liberar varias cosas y poner en paz varias situaciones relacionadas con mis padres.


El mayor cambio inició cuando tuve la Terapia de Reiki con David Blázquez, a quien también doy las gracias, sin él, este cambio no sería posible. Me enfoqué 100% en sanar mi niño interior, buscar esa paz, esa tranquilidad, y sobre todo vivir las cosas como lo hace un niño, con esa ilusión, esa alegría y disfrutando de lo que me gusta, que es la fisioterapia y ahora el Reiki. Tras iniciar la sanación de mi niño interior, cambiaron muchas cosas en mí, cosas a nivel laboral, económico, relación con mi esposa… Por fin pude traer a mi familia a España, en resumen, todo se fue encaminando. Pero dentro de todos los cambios que surgieron en mí, me gustaría compartir uno en especial y es la relación con mis hijos. Antes pensaba que ser padre implicaba solo responsabilidades, regañar y castigar, pero me di cuenta que estaba encerrado en un círculo del que tenía que salir, cortar y cambiar todos los patrones que se repetían. Ahora todo es diferente, mis hijos no son solo mis hijos, son también mis amigos y compañeros. Disfruto de cada momento, a su lado hay ocasión y espacio para volverme un niño: jugar con la pelota, ir al parque, correr, competir con ellos, jugar a las peleas… cosas que nunca las pude hacer y que ahora me gusta hacerlo con ellos.


Me di cuenta que desde el amor se puede enseñar muchas más cosas, te llena más, ver sonreír a tus hijos, sentir esa seguridad y que sepan que ellos cuentan contigo, como padre, como amigo, con esa confianza es lo más satisfactorio. Cada situación que paso con ellos a mí me sigue llenando, me sigue ayudando a cambiar, yo estoy sanando y a la vez asegurando que ellos crezcan con ese amor, con ese apoyo y lo más importante, ellos no tendrán los mismos conflictos que yo tuve, no repetirán mis conflictos, no pasarán por lo mismo. Mi objetivo es que ellos crezcan llenos de amor, que disfruten cada día y que nunca se olviden que dentro llevamos siempre un niño que por más que pasen los años, ese niño interior siempre estará allí, y también tenemos que cuidarlo, premiarlo, a medida que pasan los años nos olvidamos de ese niño que tenemos y que constantemente tenemos que alimentarlo. El amor nos fortalece. Todo esto no lo hubiese logrado sin el Reiki. Si tuviera que definirlo, para mí, personalmente representa el camino hacia la paz interior.