TEXTO DE DAVID BLÁZQUEZ LEÓN

Director y Editor de la revista  The Gassho Magazine

Viajar por el mundo me ha enseñado muchas cosas, entre ellas, la diversidad tan rica que cada cultura posee, fruto de las personas que plasman en tantas y tantas cosas lo que llevan en su interior, su sentir y su forma de ser.

La creatividad nace de cada individuo, cuando se atreve a salirse de lo establecido, de lo que esperan los demás, para de este modo poder expresar su forma de ver la vida. Es abrirse sin miedo a ser juzgado, sin importar si gustará o no. Cuando uno se acepta, entonces puede mostrarse tal y como es, con sus virtudes y defectos, con sus peculiaridades y rarezas, sin temor a cualquier represalia o castigo.

La creatividad parte de las entrañas de cada uno, de lo más íntimo y personal, para dar vida. De aquello que nadie más es, porque estamos llenos de particularidades, aunque a veces todos parezcamos iguales o nos queramos parecer a otros.

La realización personal se consigue siendo creativo y honesto consigo mismo. Ser original es la clave del éxito en la vida, ya sea en las relaciones que tenemos, en el trabajo que desempeñamos, en llevar la vida que queremos o en tener una buena salud… No hay nada más sano que estar conectados a nuestro verdadero ser y sacarlo hacia afuera en todo lo que hacemos.

En infinidad de ocasiones, las personas después de haber recibido Reiki me han dicho que han retomado algún hobby, manualidad o actividad creativa que hacía tiempo habían dejado de lado. Desgraciadamente, nos cargamos en nuestro día a día con responsabilidades y tareas repetitivas, funcionales o automáticas, que matan nuestra creatividad. No disfrutamos lo que hacemos y lo peor aún, nos sentimos frustrados, ocultando nuestros talentos bajo una máscara idéntica a la de otros, con tal de pertenecer a un grupo y que nos quieran.

Aprender a amarse es crucial para fluir en la vida, liberar los bloqueos que impiden que brote la creatividad y de este modo sentirse libre. La receta es única para cada persona. Divertirse y sacar a relucir a tu niño/a interior es parte del juego. Un proceso que cuenta con distintas fases: desaprendizaje, autoconocimiento, descubrimiento, salir de la zona de confort… donde por supuesto se sigue aprendiendo y creciendo. 

Con Reiki estás a un paso de romper la rutina y volver a ser tú, esa luz diferente al resto, que brilla en el camino, con belleza y admiración.