PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE MAMA

TEXTO DE DANIELA NARANJO PUENTE

Terapeuta y Maestra de Reiki

Todo comenzó 5 años atrás, el día que sentí un pequeño bulto en mi seno. Pedí citas médicas y con especialistas, preocupada de que no fuese nada grave. Luego vino la ronda de exámenes, analíticas para saber que todo estaba en orden y una mamografía que normalmente les envían a mujeres mayores de 40 años, pero al ver mi caso con 30 años lo vieron necesario. Me sentía rara, observada, un poco disociada como si no me estuviera sucediendo a mí y definitivamente no entendía de donde provenía. Pero poco a poco fue llegando la información. 

Primero, al contarle a mi madre, me explicó que, si había historial de cáncer de mama en la familia, por su lado materno tenía primas y tías que lo habían padecido. Así se encendieron las alarmas por parte de los médicos que me atendían, era un caso que había que revisar con otro protocolo. Las buenas noticias eran que no era maligno y podría reabsorberse, era una cuestión de tiempo, con revisiones anuales para asegurar que todo estaba bien. Me adelantaré en el tiempo a 2 años después cuando volví a sentir el bulto, digamos que de una forma diferente ya que había crecido. Las dudas seguían rondando mi cabeza… ¿de dónde salió? Y ¿por qué había regresado? 

Luego la vida me llevó por un nuevo camino, donde hice muchos cambios importantes como cambiarme de país, redireccionar mi rumbo y mis prioridades. Entre ello, el Reiki me encontró, así que empecé a tomar los cursos y asistir a Terapia de Reiki. El Reiki me ayudó a entender que cuando estos temas se ignoran por demasiado tiempo, se materializan. Así es, por ejemplo, como inicia la primera fase de formación del cáncer: cuando no somos conscientes del bloqueo que tenemos y se gesta de forma física. 

Y entendí que el camino del auto descubrimiento implicaba mirar de frente mi sombra, me refiero a poder ver lo que llevaba mucho tiempo tratando de esconder, barrer la basurilla bajo la alfombra. Entre muchos temas que he tenido que enfrentar, uno de los más complicados para mí era el tema de la culpa. Los vínculos con nuestras familias van más allá de lo que se ve a simple vista. A veces amar tanto a un ser querido implica que yo me llevo lo que éste carga para evitarle el sufrimiento. En mi caso, este vínculo proviene por el amor a mi madre, por ende, por el corazón me entraba… por eso comenzaba a gestarse en mi pecho. Así que pude hacer ver una serie de temas que me estaba cargando y no eran míos. 

La soledad de mi madre me generaba mucha culpa. Tuvo un quiebre muy abrupto con su familia raíz y llevan muchísimos años sin hablarse, tanto así que ella se considera a sí misma huérfana; además soy hija única, y ella no tiene pareja. Esta situación me hizo ver que de manera inconsciente yo me estaba conectando desde un lugar de culpa con ella, que no quería que sufriera ni se sintiera sola. Aunque esa decisión no estaba en mis manos, ya que ella es la única que puede decidir las relaciones que tiene, pero me generaba angustia y me estaba llevando su tema como propio. Comencé a asumir ciertos roles para que no le faltara nada, coincide que el periodo en que asumí el rol de sostén del hogar, fue cuando aparecía por primera vez la masa en el seno. También en ese tiempo le sucedió un accidente vascular a mi madre, donde había riesgo de trombosis en su brazo. Justo a la altura del corazón, ¿curioso verdad? Ese punto en común.

Luego de ese episodio me enteré que así fue como murió mi abuela, de un trombo que le llegó al corazón; entonces venía de atrás a otro nivel mucho más ancestral. Ante esa situación sentí mucho miedo de perder a mi madre, y de seguro se me activó la alarma en querer salvarla. A la final con mi propia emoción estaba cargando las heridas de mi árbol femenino. Con el Reiki, pude poner en paz situaciones respecto a estas emociones y comportamientos que estaba asumiendo. Con el tiempo lo pude ir liberando, pero nuevos temas respecto a mi madre aparecían. En la segunda ocasión más reciente que vuelve a parecer el bulto, coincidía con un periodo de tristeza muy profunda en mi madre. Esta depresión, así yo estuviera lejos de casa, me seguía afectando en diferentes niveles. Y con razón seguía apareciendo de manera física, yo quería que ella estuviera bien a como diera lugar, y como no quería que se sintiera sola me lo llevé. Corazón de nuevo, ahora de una manera más emocional, pero seguía siendo el corazón —soledad, tristeza, orfandad—. 

Hoy en día, continúo haciendo mi autotratamiento de Reiki y asisto a Terapia de Reiki; confío que con la continuidad de sesiones podré darle la vuelta a esta situación que ya ha demostrado una mejora significativa. Sé que vincularme desde otro lugar con mi madre, desde el amor libre sin miedos ni culpas, hará la diferencia. Ahora sigo con revisiones médicas cada cierto tiempo, aún no se va la masa, pero ha disminuido su tamaño y parece estar fuera de peligro. 

Estoy segura que la nueva perspectiva que me ha dado el Reiki respecto a esta situación, me ha ayudado a evitar un bloqueo mayor y una futura enfermedad peligrosa. Que inicia de forma emocional y llevaría a la afectación en mi cuerpo, pero que ahora estoy dispuesta a ver de frente y poner en paz. Las consecuencias son muy positivas, ahora mi cuerpo está mejor, y mi salud avanza a mejor día tras día.